El Servicio de Administración Tributaria (SAT) reportó que en 2025 los ingresos tributarios alcanzaron más de 3 billones de pesos, lo que representa un incremento del 7.2% respecto al año anterior. Este resultado histórico no solo refleja un fortalecimiento de la recaudación, sino también cambios estructurales en la administración fiscal del país.
Entre los factores que contribuyeron a este crecimiento destacan la modernización de procesos electrónicos, la ampliación de la base de contribuyentes y una mayor eficiencia en la fiscalización de operaciones financieras y declaraciones de impuestos. Estos avances han permitido al SAT reducir brechas en el cumplimiento fiscal y mejorar la capacidad de recaudación sin necesidad de aumentar las tasas impositivas.
Implicaciones económicas
El incremento en la recaudación tiene impactos directos e indirectos en la economía. Por un lado, fortalece las finanzas públicas, lo que facilita la inversión en programas sociales, infraestructura y proyectos estratégicos que benefician a la población. Por otro, proporciona mayor certidumbre a los contribuyentes y a los mercados sobre la estabilidad del sistema fiscal y la transparencia en el manejo de recursos.
Además, un sistema de recaudación más eficiente contribuye a la formalización de actividades económicas, incentivando la competitividad y reduciendo la informalidad. La información recabada también permite diseñar políticas públicas más precisas y focalizadas en sectores que requieren apoyo o supervisión adicional.
Este crecimiento sostenido en la recaudación confirma la relevancia de mantener un equilibrio entre la eficiencia fiscal y la promoción de un entorno económico estable y predecible, clave para la confianza de ciudadanos, empresas e inversionistas.
